Llevábamos apenas 10 días en esta país y el tiempo se nos había hecho eterno recorriendo sin descanso Hurghada y el Mar Rojo, que nos habían dado solo una probadita de lo que este hermoso país aún tenía por entregar. Ahora tocaba el turno de los misterios faraónicos y su cultura, ese Egipto de los libros y las películas, aquel que desde pequeño siempre soñé con visitar.
Table of Contents
VIAJANDO AL NILO
Había terminado ya nuestro viaje de buceo y nos despedíamos de cada uno de los integrantes. El lazo generado con ellos era fuerte después de compartir una semana completa casi nuestro 100% del tiempo juntos. A muchos no los veríamos de nuevo, pero otro pequeño grupo, dentro de ellos Luka y Pitufo, viajarían junto a nosotros rumbo a Luxor.
Dejamos el barco temprano y fuimos hacia al terminal de GoBus, que para nuestra sorpresa, fue bastante sencillo de tomar y sin ningún contratiempo, a pesar de la gran barrera del idioma. El bus estaba más que bien, y nos fuimos relativamente cómodos rumbo a nuestro destino, ubicado a 290 kilómetros. Nos tomó 5 largas horas recorrer esos kilómetros, ya que íbamos parando en cada poblado que encontrábamos, pero finalmente logramos llegar al terminal de Luxor, donde aún no habíamos siquiera estacionado y ya se veía la urbe de taxistas que se agolpaba para ubicarse primero en la puerta de bajada del bus. Cruzamos este tumulto de gente sin hacer mucho caso, y rápidamente se nos acercó alguien preguntando por nuestros nombres. Era nuestro chofer que nos llevaría al hotel y que fácilmente nos había reconocido al bajar del bus, que salvo nosotros, no traía ningún otro turista.
Llegamos al hotel Steigenberger, una maravilla de hotel ubicado a orillas del río Nilo y que en cualquier otro país no hubiese costado menos de 150 US la noche, mientras que aquí pagábamos apenas 45 US por ambos. Tras dejar nuestras cosas en la pieza, conocer a nuestro futuro guía y arreglar cuentas pre tour, nos reunimos con los chicos del buceo, que habían viajado por su cuenta al mismo hotel, para ir a almorzar a un restaurant libanés ubicado en el mismo hotel, que nos deleitó con maravillosos platos típicos de oriente.
Para la tarde, aprovechamos de disfrutar del lugar donde estábamos y recorrimos los rincones del hotel, disfrutando su bella localización a orilla del río Nilo, que para nuestra sorpresa era muchísimo más ancho de lo que esperábamos. Frente nuestro, en la rivera opuesta, se veía a lo lejos el valle de los reyes, el cual visitaríamos al día siguiente. Pasamos la tarde en la piscina y cuando ya el sol se escondió tras el valle, abrimos el regalo que habíamos traído a Pitufo desde Chile y que habíamos atesorado como hueso santo, una invaluable botella de pisco, que disfrutamos entre todos a orillas del río.
COMENZANDO LA AVENTURA FARAÓNICA
Para nadie es sencillo entender 10.000 años de cultura, y menos una tan compleja como la egipcia. A pesar de esto, si realmente deseas disfrutar y comprender vagamente lo que ves, mi recomendación #1 es que leas un poco de la historia previo a visitar los sitios arqueológicos. Tan solo una pincelada de historia, te hará ver con otros ojos cada detalle. Un resumen sencillo lo puedes encontrar en este blog.
Luxor es una ciudad erigida sobre las ruinas de la antigua ciudad egipcia Tebas, donde los primeros asentamientos datan del año 3200 AC. Era un pequeño poblado comercial a inicios del imperio antiguo, cuando Menfis -actual Cairo- era la capital egipcia, pero que con el pasar de los años fue ganando tal relevancia que terminó convirtiéndose en la nueva capital del imperio medio e imperio nuevo, siendo el asentamiento de mayor importancia durante el apogeo de la cultura egipcia.
Tebas comprendía ambas riberas del río Nilo, cada cual con un simbolismo diferente. En la ribera oriental nacía el sol y acá se encontraban todos los asentamientos, así como también el templo de Luxor y el enorme complejo de templos de Karnak, ambos comunicados por la avenida de las esfinges. En la ribera occidental en cambio, el sol se esconde o muere, y por ende, acá se encontraba una gran necrópolis conocida como el valle de las reinas y el valle de los reyes. Además de esta necrópolis, se encontraban también los templos funerarios, que eran templos diseñados para conmemorar el reinado de algún faraón posterior a su muerte y su viaje al más allá.
VUELO EN GLOBO
Madrugamos a las 3am y nos pasaron a buscar a todo el grupo para dirigirnos a la rivera del Nilo, donde nos esperaba una pequeña embarcación que nos llevaría al otro lado, dónde ya hacían todos los preparativos para que viviésemos nuestra primera aventura, una que nunca olvidaré y que es una de las recomendaciones que desde entonces le he hecho a todos mis amigos que me preguntan que no se pueden perder; volar en globo sobre los templos al amanecer.
No es difícil entender el nivel de emoción que teníamos en dicho momento. Para mí sería la primera vez que me subía a un globo aerostático, y para ambos esta sería la primera experiencia con el Egipto cultural antiguo. Esperamos un buen rato mientras observábamos como extendían varios globos a lo largo de una gran explanada y probaban los quemadores, para luego de a poco comenzar a inflarse y ganar forma. El canasto era bastante más grande de lo que yo pensaba, suficiente para un piloto y 12 turistas. Ya con el globo inflado, nos montamos todos adentro y comenzamos a flotar suavemente, empezando a ganar algo de altura. Éramos decenas de globos que nos elevábamos iluminando el cielo en pleno amanecer, un hermoso espectáculo per se, aunque no hubiese existido templo alguno. Pronto estuvimos sobrevolando el templo funerario de Ramses III en Medinet Habu, que desde los aires se veía bastante normal de tamaño, pero que una vez nos fuimos acercando empezamos a darnos cuenta de sus proporciones colosales. Las dimensiones de los muros y sus tallados en roca eran desproporcionadas, siendo la de mayor envergadura la del primer pilono*, donde se visualizaban claramente sendas representaciones de Ramses III contra los Nubios y los Sirios.
**Pilono: Construcción maciza de forma piramidal que franquea la entrada de los templos del antiguo Egipto. Son símbolos solares, ya que representan las colinas del horizonte por las que sale el sol.
Estuvimos un buen tiempo sobrevolando el sector, donde además de reconocer el templo de Ramses III, también tuvimos la oportunidad de ver los colosos de Memnom, el único vestigio que queda del enorme templo de Amenofis III. También reconocimos los vestigios de Deir el-Medina, el poblado más próspero de obreros y artesanos, ubicado a la entrada del valle de las reinas y muy cercano al de los reyes y nos dirigimos al sector de Deir el-Bahari, donde se encuentran los templos funerarios de Tutmosis III, Nebhepetre Mentuhotep II y la famosísima reina Hatshepsut.
La experiencia de haber volado fue impresionante, ya que vimos por primera vez los templos en toda su magnitud y desde ángulos que de otra forma hubiesen sido imposibles. Disfrutamos de un especial amanecer y pudimos darnos cuenta de la importancia del Nilo y de cómo sus aguas permitían que el verde inundase el desierto. Terminado el vuelo, comenzamos a descender derechito a una explanada donde había una plantación. Bastó que tocásemos suelo, para que el dueño de esta saliese a despotricar contra la multitud que llegaba pisoteando todo para ayudar a recibir el globo, problema que rápidamente se solucionó con algunos billetes y que probablemente era la rutina diaria de este y muchos otros agricultores de la zona.
Nos reunimos con nuestros guías para dar inicio al recorrido de los templos, esos mismos que habíamos visto desde al aire, ahora podríamos verlos desde dentro. Partimos con algo sencillo, los Colosos de Memnon, único vestigio que queda del templo funerario de Amenofis III y que fue construido hace unos 3.400 años, llegando a ser el templo funerario más grande de este sector.
TEMPLO DE HATSHEPSUT
Nuestra siguiente parada fue un templo funerario dedicado a un ícono de la cultura egipcia, la famosa reina faraón Hatshepsut. Es una de las mujeres más controvertidas y a su vez célebres de la cultura egipcia, ya que según la tradición una mujer no podría haber asumido los poderes de un faraón, pero a su vez, su reinado fue uno increíblemente próspero. Comenzó gobernando como regente de su hijastro Tutmosis III, sin embargo, antes de que la sucesión ocurriese al alcanzar la mayoría de edad , se autoproclamó faraón. Para legitimar su reinado, mandó a tallar representaciones de su concepción divina, donde a su madre se le había presentado el dios Amón en la forma física de su padre, Tutmosis I, lo cual a ella la hacía una semidios.
Llegábamos temprano lo cual se notaba por la ausencia de turistas. El templo había sido cuidadosamente restaurado y tenía de telón de fondo unos imponentes riscos de roca. Éramos los únicos, subiendo por una larga rampa que nos llevaba a una terraza protegida por decenas de columnas adosadas a la estatua del dios Osiris pero con la cara del faraón. Cruzamos el primer pórtico. Adentro todo nos sorprendía, desde el más pequeño jeroglífico, hasta la escultura más imponente. Todo era nuevo para nosotros y no dejábamos de maravillarnos con el trabajo tan pulcramente realizado. Los colores fue una de las grandes novedades, ya que no dejaba de maravillarnos la idea de que todos estos templos alguna vez habían deslumbrados en tonos de todos los colores. Algunos se notaban tímidamente, pero otros eran fuertes y claros.
Algo peculiar de este templo, y que pue verse también en otros templos cercanos, es que casi la totalidad de las representaciones de Hatshepsut fueron borradas o destruidas posterior a su muerte, por su hijastro Tutmosis III, quien fuere desplazado del trono de faraón por su madrastra, y quien luego de ascender al trono, se adjudicaría todos los logros de ella e intentaría borrarla de la historia. Sin embargo, gracias a la interpretación de los jeroglíficos y el posterior hallazgo de su tumba, la reina faraón volvería a brillar como la gran figura que había sido en sus tiempos.
Si quieres leer un poco más sobre Hatshepsut, te recomiendo esta entrada de la BBC o de National Geographic.
QUIERES SEGUIR CONOCIENDO MÁS DE EGIPTO?
CONTINÚA CON ESTA ENTRADA SOBRE EL VALLE DE LOS REYES Y EL TEMPLO FUNERARIO DE RAMSES III !
O REGRESA AL MENÚ PRINCIPAL.