Esta cumbre de casi 4.000 msnm se encuentra en el famoso Cajón Lo Valdés, estratégicamente ubicado en un lugar que deleita la vista con un paisaje adornado por icónicos cerros como el Arenas, Morado y el gran macizo del San José. Su aproximación por el valle sirve además como ruta para sus vecinas cumbres del Diablo, Retumbadero, Retumbadero Alto, Vega y Corona, lo que da a este lugar un atractivo que no es tan sencillo de superar. La ruta es particularmente bella en invierno y permite poner en práctica las técnicas de randonnée gracias a su larga aproximación de suaves desniveles, mientras que el ataque a cumbre en su opuesto, se caracteriza por fuertes pendientes de hasta 60° en canalones y algo de roca, lo que le da un grado de dificultad algo más técnico a esta ruta.
Fecha: Octubre 2015
Tiempo invertido: 2 días
Largo total de la Ruta realizada: 21.2 kilómetros
Altura máxima alcanzada: 3.943 msnm
Desnivel total alcanzado: 2.058 metros
Físico: 3.1 / Exposición: 3.3 / Técnica: 3.5 (ref. AHB)

“Dedicado a mi amiga Patricia Sepúlveda, montañista, quien fue integrante de la primera ascensión femenina de esta cumbre hace 45 años, cuando las mujeres en Chile recién se atrevían”
Table of Contents
DESCRIPCIÓN DE EQUIPO
– Crampones para terreno mixto
– 2 Piolet
– Cuerda (mínimo 20 metros)
– Arnés, mosquetones y cintas
– Estacas y tornillos de hielo optativos
APROXIMACIÓN
Tomar Av. La Florida y luego seguir por Camino el Volcán, el cual se interna hacia el cajón del Maipo. Llegar hasta el poblado de San Gabriel, donde se debe parar a dar aviso a carabineros.
Continuar por este mismo camino unos 20 kilómetros hasta el villorrio Lo Valdés. Este sitio se reconoce fácilmente por la presencia de un Cristo crucificado a la derecha del camino. En este sector, se puede dejar el auto estacionado a la orilla del camino.
CONSIDERACIONES
– El valle se caracteriza por acumular grandes cantidades de nieve. Considerar uso de raquetas según las nevadas a la fecha o mejor aún, skies de travesía.
– Si les complica dejar el auto en el camino, pueden pasar a preguntar al refugio Lo Valdés si les permiten dejarlo ahí. Es el último desvío mano derecha por el camino principal, antes de llegar al Cristo.
ITINERARIO
DIA 1: Santiago → Lo Valdés → Campamento Base
DIA 2: Campamento base → Cumbre → Campamento Base → Santiago
RELATO DEL VIAJE
DÍA 0,
La idea
El fin de semana largo del 12 de Octubre era esperado con ansias por todos. Nuestra planificación del año incluía varios cerros antes de intentar el Nevado Juncal en el verano 2016, y uno de ellos era el famoso Cerro El Morado. El clima sin embargo, ridículamente temperamental e inestable este año, nos amenazaba con arruinar cualquier panorama. El invierno se estaba yendo tan tarde como había partido, y estando a mitad de octubre aún se pronosticaba una tormenta importante para dichos días, nada bueno. Avanzó la semana y los pronósticos no cambiaron, por lo que finalmente el grupo se diluyó y se canceló el cerro, sin embargo, ya casi llegando el sábado las cosas parecían mejorar. El sábado amaneció con un sol radiante, nada parecido a las tormentas del mil demonio que tanto anunciaban las páginas de meteorología, lo que nos llevó a rápidamente armar panorama para los dos días restantes del fin de semana largo. Se plantearon opciones como escalada en hielo en las cascadas de Yerba Loca y cerros como el Inca o Altar Falso, sin embargo las tres fueron desechadas, ya fuese por el tiempo requerido o por la calidad del hielo. Como última opción, y considerablemente menos ambiciosa, en tiempo requerido, salió a la luz el Cerro Diente del Diablo, una cumbre que teníamos pendiente desde el mes pasado y que nos permitiría ponernos a prueba en canalones y una pequeña trepada en roca. De los integrantes originales yo, Diego y Marmentini nos mantuvimos, y se nos sumó Abdo además de mi famoso, y ya conocido, amigo Paris Capetanópulos de ChileHike; y así comenzó la excursión!

DÍA 1,
Santiago – Lo Valdés – Campamento Base
Por decisión unánime fui elegido como el conductor designado, y eso incluía juntar a todos los monos. Pasé por Diego, luego por Paris y finalmente por Abdo. Marmentini, el 5to integrante había abortado misión a último minuto por algo que ya ni recuerdo, poniéndonos en aprietos respecto a la cuerda, ya que era él el responsable de esta. Contábamos con otras dos más, sin embargo eran tan viejas que inicialmente las habíamos considerado como inviables, mas frente a esta situación inesperada, no nos quedó otra que conformarnos con aquello que teníamos.
Tomamos la ruta hacia el Cajón del Maipo hasta San Gabriel, donde hicimos la obligatoria parada para dar aviso a carabineros, y seguimos rumbo a Lo Valdés, llegando poco antes de las 10:30 am. Treinta minutos más tarde, y tras haber armado las mochilas, repartido el peso y tomado la foto de rigor, comenzamos nuestra marcha por la ladera del cerro que queda inmediatamente a la derecha del camino vehicular, la cual abre la ruta hacia el cajón Lo Valdés. Paris avanzaba zigzagueando y ganando altura en una brusca ganada de altura inicial. La ruta luego perdía pendiente haciéndose más suave y avanzando por la izquierda del valle. Aproximadamente en el primer cuarto de trayecto comenzaron a aparecer las primeras manchas blancas, que rápidamente dieron paso a planchones, para luego no existir más que nieve, adornada exclusivamente por las rocas que sobresalían de esta. Este valle particularmente se caracteriza por acumular nieve en exceso, haciendo muy lenta la marcha si se va a pie en esta época, por lo que las raquetas sacadas del club fueron una ayuda impresionante que nos permitió avanzar casi como si fuésemos sobre tierra.

Tras algo más de 3 horas por un precioso valle, con una vista fenomenal a nuestras espaldas, del Volcán San José, del cerro Arenas y del Morado, llegamos al sector de las vegas del Corona a 2.750 msnm, que en esta época solo se adivinan por algunos manchones de vegetación descubiertos cerca del río. Este sitio es de relevancia porque poco más arriba se abre un valle hacia la izquierda que en época estival lo surca el estero Coronas y que es ruta hacia el cerro del mismo nombre. Este valle está divido del cajón principal por el Cerro Vega, una concurrida cumbre del sector y que se ve desde bien iniciada la caminata. La ruta, como es de esperar, se mantiene por el cajón principal de la derecha y continúa ganando altura lentamente hasta llegar poco más allá a un refugio, que si no van atentos de seguro lo pasan de largo, ya que se encuentra justo ubicado detrás de una gran roca. El refugio es de lata y bastante pequeño, similar al de Federación camino al Cerro el Plomo (fueron construidos por la misma gente), sin embargo, por ese entonces su puerta y ventana estaban destruidas, por lo que lo único que lo ocupaba en ese entonces, eran litros y litros cúbicos de nieve apelmazada en su interior. Seguimos de largo casi 2 horas más, avanzando y acercándonos al circo de cerros que se veían al fondo, con el objetivo de ganar todo el terreno posible este día y así no tener que levantarnos tan temprano la mañana siguiente, hasta que ya muy cercano al pie de vía del siguiente día, decidimos armar nuestro campamento en un lugar bien protegido.

Mientras Paris y yo sacábamos nuestra carpa, Diego y Abdo sacaban su ¿pala? ¡Si, pala! Llámenme conservador, fome, poco aventurero o lo que sea, pero no hay como una agradable carpa que te proteja del viento antes de meterte al saco , pero por sobre todo que te mantenga seca tus cosas, especialmente cuando el pronóstico del día siguiente indica ¡lluvia! Teniendo una carpa ultraliviana en el auto, mis amigos prefirieron la aventura y decidieron atrincherarse aún en conocimiento de que existían grandes posibilidades de lluvia -o al menos nieve- el día siguiente. Y si bien es verdad que por esta época, cuál de los pronósticos le apuntaba menos al clima, al menos esto era solo tentar al destino.
Armamos nuestros sitios de campamento, cocinamos algo y acordamos que nos levantaríamos para salir tipor 4:30 am, estimando unas 6 horas hasta la cumbre. Luego, a dormir.

DISTANCIA: 7.8 kilómetros
DESNIVEL: 1.265 metros
ALTURA MÁXIMA: 3.150 msnm
TIEMPO INVERTIDO
– Automóvil → Vega: 03:15 horas
– Vegas → Refugio: 00:45 horas
– Refugio → Campamento Base: 01:45 horas
– TOTAL: 05:45 horas
DÍA 2,
Campamento Base – Cumbre – Campamento Base – Santiago
La rigurosidad para levantarse entre los montañistas es horrible, al menos eso he aprendido con cada salida en la cual intentamos salir temprano. Si bien Paris y yo nos despertamos efectivamente a la hora propuesta, mis colegas quedaron atrapados en los brazos de Morfeo por algo más de 30 minutos. Nos movimos rápido para no caer en la tentación de volver al saco, y sacamos la comida para desayunar. Con Paris de cordada nunca, pero nunca se come mal, y claramente uno no puede ser menos, por lo que esta vez a diferencia de mis regulares negritas o barritas de cereal al desayuno, traje huevos y jamón serrano, que combinados con los panes de Paris, fueron todo un manjar.
Afuera reinaba la tranquilidad de una noche sin estrellas, con un cielo tapado completamente, pero que al menos carecía de viento y frío. Mientras ordenábamos, a lo lejos pasó otro montañista solitario que acampaba algunos cientos de metros más abajo, en aparente dirección al Dientes. De ser así, lo agradeceríamos bastante ya que nos ahorraría un buen desgaste físico abriendo huella, al menos hasta que lo pillásemos e intercambiásemos la apertura. Recién cuando el reloj marcaba las 5am, logramos comenzar a ponernos en marcha. La nieve, con una gruesa y dura placa superior, nos obligó a ponernos crampones inmediatamente y nos facilitó considerablemente el avance. De cuanto en cuanto apagábamos las luces y re-orientábamos nuestra marcha hacia la silueta que ya conocíamos y por donde deberíamos tomar la canaleta, mientras aprovechábamos esa instancia para disfrutar de la tranquilidad de caminar sin luces por algún rato.

Comenzó a amanecer cuando ya nos aproximábamos al canalón. Nuestro misterioso colega que abría ya había desaparecido por completo, demostrando un estado físico y rapidez envidiables. A lo lejos, otro nuevo individuo -también en solitario- hacía su entrada triunfal al valle rumbo al Cerro Diablo, sin saber que su marcha tenía los minutos contados, ya que poco después daría media vuelta por donde mismo había llegado. Probablemente la causa de tal decisión fue el mal estado del clima, que había empeorado bastante respecto a cuando salimos, cubriéndose aún más y comenzando a correr ráfagas de viento y a caer algo de nieve. El valle aún se veía bien, sin embargo todas las otras cumbres vecinas estaban completamente cerradas, que hablar del San José, ojalá ningún osado se encontrase allí en dicho momento.
Progresivamente el terreno comenzó a

ganar mayor inclinación a medida que se adentraba en el canalón principal, el cual era considerablemente más amplio y menos vertical de lo que esperaba viéndolo desde abajo, y estaba resguardado a cada lado por altas paredes verticales de roca que me hacían entender la recomendación de subir temprano, ya que cualquier desprendimiento de material fácilmente podía caer sobre ti.
A medida que subíamos, el clima empeoraba aún más. Estábamos metidos en la mitad de una nube y corría algo más de viento, con ráfagas que de cuanto en cuanto, nos bañaban en nieve, sin embargo nada que de momento nos obligase a retornar. El canalón era sencillo de avanzar con tal calidad de nieve, por lo subimos con bastones casi los primeros ¾ de este, cambiando al piolet solo en el tramo final de mayor pendiente, que no superaba los 45°. Arriba había un pequeño filo donde con Diego hicimos una terraza mientras esperábamos que llegase Abdo con Paris, quienes cerraban la marcha. Desde aquí se lograba adivinar claramente por dónde seguía la ruta, ayudados en algo por lo poco de huellas que nos había nuestro amigo adelante y el viento. Hacia el Oeste estaba nuestra cumbre, mientras que al Sur había un pequeño paso que bajaba hacia un gran valle. Comparando con las imágenes que llevábamos, claramente la ruta bajaba en dirección a este valle algunos pocos metros, para inmediatamente doblar a la derecha después de unas rocas y tomar el traverse descrito en AHB y la canaleta final que, si bien no lográbamos verla, nos imaginábamos perfectamente por donde debía estar. Para el traverse algunos optan por asegurar con estacas dependiendo de la época del año, sin embargo, tras discutirlo entre todos, llegamos a la decisión unánime que la dificultad no lo requería, por lo que cada uno iría avanzando libremente.
** Este fue el traverse que años después generaría un accidente casi mortal en el cerro. Ser cautelosos según las condiciones del hielo, ya que no es infrecuente la presencia de hielo cristal en esta zona.


Bajamos y tomamos el inicio del traverse. Teníamos una pendiente de aproximadamente 45° con un largo descenso hacia el valle de la izquierda, pero al menos libre de cualquier roca que aumentase el riesgo en caso de caída. Abría Diego la marcha y yo le secundaba, intentando marcar unos peldaños decentes en una nieve seca y de pésima calidad, que no compactaba en lo absoluto, y que generó más de un traspié y susto en algunos mientras avanzábamos. Cuando íbamos a la mitad de este, apareció el misterioso 5to integrante de nuestra aventura, sorprendiéndome lo rápido que había hecho cumbre, ya que según mis cálculos a nosotros aún nos restaban unas 2 horas de trayecto, lo que me hizo dudar si venía ya de regreso o simplemente había decidido abortar misión. Resulto ser que efectivamente había hecho cumbre en un tiempo absurdamente rápido, lo que se explicaba probablemente a que trabajaba como guía y tenía un estado físico notable. Conversamos con él un rato y nos dio los tips del resto de la subida, indicándonos por donde subía el canalón y cuál era la ruta que debíamos tomar una vez en el segundo portezuelo, donde probablemente podríamos tener alguna duda del camino a seguir.
El segundo canalón era bastante más angosto que el primero y alcanzaba pendientes de hasta 60°. Era aquel ubicado inmediatamente a la derecha tras cruzar el traverse. Aquí, si bien no era obligatorio el uso del segundo piolet, optamos por sacarlo para hacer una subida más rápida y segura. Nos fuimos turnando con Diego quién abría, ya que estaba pesadísima la nieve en este punto y las huellas habían desaparecido casi por completo debido al viento. Esta para mí, fue lejos la parte más entretenida de la ruta, ya que era la primera vez que subía canalones y que estaba en un sector con tanta pendiente como esa, realmente daba vértigo mirar hacia abajo y darse cuenta a la altura que estábamos y la pendiente interminable que teníamos a nuestra espalda, ya que a la altura del canalón, además se le sumaba la distancia hasta el valle Sur descrito anteriormente. A pesar de ello, cualquier indicio de susto se pasaba mirando nuevamente al frente y avanzando, automáticamente se te olvidaba que hacia atrás tenías unos 200 metros de desnivel hasta el valle.

Cuando salimos del segundo canalón llegamos a un plano donde nuevamente esperamos para reunirnos los cuatro. Aquí la ruta efectivamente era más difícil de adivinar, tal como nos había comentado nuestro nuevo colega, por lo que su ayuda nos ahorró algo de tiempo. La línea más obvia parece ser una ubicada a la derecha, remontándose directamente por el filo de rocas, sin embargo la correcta se remonta sobre una pequeña pared de roca de la izquierda, de no más de 2 metros de altura y tras la cual se pasa al otro lado del filo de rocas. Aquí había abandonada una cinta que nos sirvió de referencia. La trepada es fácil y ni siquiera fue necesario sacarse los crampones para sortearla. Al otro lado nos craneamos un poco la cabeza verificando si efectivamente estábamos en la ruta correcta, y una vez comprobado esto comenzamos a subir por la nieve, paralelo al filo de la derecha hasta llegar a las rocas, que de subida no tienen mayor dificultad y separan la cumbre por tan solo unos 10 metros. Este trayecto que en AHB está descrito como para 30 minutos, en realidad se hace en no más de 15. En el sector final hay harta piedra suelta, que en invierno pueden estar engañosamente adheridas nada más que por hielo, por lo que se debe ser bien cuidadoso al afirmarse. Superada esta zona, llegamos finalmente a la cumbre a las 10:20 am, donde nos dimos nuestro abrazo y felicitaciones entre todos!

La cumbre no es muy grande y está compuesta por grandes rocas que hacen algo incomodo moverse mucho en ella, sin embargo es lo suficientemente amplia para que quepan varias personas. Arriba, solo una pequeña casita triangular de metal con una ardilla en su interior (tendrán que subir para entender), dan cuenta del éxito de la cumbre. Nos tomamos la infaltable y necesaria fotografía para dejar registro, disfrutamos la preciosa vista que se tiene del Loma Amarilla y el Diablo, y después de 25 minutos de haber llegado, decidimos emprender nuestro retorno al campamento base y luego a Santiago.

Probablemente la parte más delicada de la bajada es descender desde la cumbre los primeros 10 metros. La roca suelta, la nieve, algo de hielo, y lo expuesta de algunas pasadas si se hacen mal, pueden hacer pasar más de algún susto. Hay algunos que francamente deciden rapelear esos 10 metros, pero la verdad que la dificultad tampoco da para tanto, por lo que decidimos simplemente bajar por dónde mismo habíamos subido. Iba yo de primero y no había dado ni 4 pasos cuando pise mal una piedra y tastabillé, nada serio, pero lo suficiente como para que mi botella de agua saliese volando y cayese rodando unos 15 metros. Esa era una pequeña advertencia de lo que le ocurriría a quien no tuviese el suficiente cuidado. Seguí bajando con bastante más precaución y una vez pasado el sector de más peligro fui en busca de mi botella que había quedado atascada entre unas piedras, para luego volver a la ruta y bajar hasta el pequeño plateau previo a la canaleta para esperar a mis amigos.
De seguro la parte que menos me gusta del cerro es la bajada. El cansancio, las ansias de volver y el riesgo en sí que implica la bajada, hacen que no sea muy apetecida por mí, y estoy seguro que a más de alguno le debe pasar algo similar. Por eso es que cuando me asomé a ver el canalón que me esperaba, a lo menos se me revolvió la güata! La pendiente que en subida difícilmente parecía de 60°, de bajada daba la impresión para mi de tener 80°!!! Abdo iba de primero en esta oportunidad, le seguía Diego, yo y Paris. Comencé bajando con respeto, cuidando de no confiarme demasiado, en una primera instancia de frente a la pendiente, sin embargo se me hacía lenta e insegura la marcha, por lo cual luego, a pesar del bullying de Abdo, decidí bajar desescalando, lo cual me hizo enormemente sencillo, seguro y mucho más rápido el trabajo. Nos reunimos todos en la base del canalón y cruzamos el traverse sin ningún inconveniente hasta el portezuelo, donde nos detuvimos a una parada de descanso y snack.

La segunda canaleta fue muchísimo peor que la primera. A pesar de tener menor pendiente, era harto más larga, y la nieve que antes estaba ideal para progresar, ahora era una masa pegajosa y húmeda que se te adhería a los zapatos, formando gigantescos y peligrosos zancos al segundo paso que dabas. Cuando llegamos finalmente al campamento base a las 13:50, estábamos todos ya cansados y con ganas de comer algo y echarnos un rato. Paris y yo nos fuimos a nuestra carpa y Abdo con Diego a su trinchera, solo para confirmar lo tan temido por ellos, si bien no había llovido, si que había nevado… y después salido el sol, con lo que sus sacos que habían quedado abiertos, se empaparon por completo.
Descansamos aproximadamente una hora y desarmamos el campamento para partir rumbo al deseado automóvil. Fue una interminable bajada por nieve sopa, donde las raquetas traicioneramente se metían y enterraban en los hoyos doblándote el pie. Ya no quedaba nada, a lo lejos se lograban ver las casas de Lo Valdés y caminábamos ya por terreno sin nieve. Íbamos por la derecha del valle en una zona donde la huella laderea una larga pendiente que llega hasta el río, bien abajo, cuando de repente escucho sonidos de piedras cayendo y me doy vuelta justo para alcanzar a ver a Paris tropezando con una piedra suelta, darse media vuelta y caer de espalda 1 metro más abajo por la ladera. Ese día la suerte estaba del lado de mi amigo, y estoy seguro que no la cuenta dos veces. Justo donde cayó de espaldas había unas plantas que lo lograron afirmar y evitar que siguiese rodando hasta el estero, unos 100 metros más abajo. Con este susto cerrábamos nuestro viaje; 30 minutos después estaríamos en el auto, sacándonos nuestras mochilas, descansando los pies y agradeciendo haber tenido una exitosa cumbre y un regreso a salvo para todos. Solo quedaba el infaltable cierre de cualquier salida montañera al Cajón; las empanadas!!
DISTANCIA: 2.8 kilómetros subida / 10.6 kilómetros bajada
DESNIVEL: +793 metros / – 2.058 metros
ALTURA MÁXIMA: 4.910 msnm
TIEMPO INVERTIDO
– Campamento Base → Portezuelo: 03:00 horas
– Portezuelo → Plateau: 01:20 horas
– Plateau → Cumbre: 00:10 horas
– Cumbre → Portezuelo: 01:00 horas
– Portezuelo → Campamento Base: 02:00 horas
– Campamento Base →Auto: 04:00 horas
TOTAL (incluido descansos): 14:15 horas

FOTOGRAFÍAS
Para quien desee ver el resto de las fotografías del viaje, les dejo el link directo al álbum donde se encuentran. No es necesario tener Facebook para poder acceder.
Fotografías por Paris Capetanópulo, Abdo Fernandez y Camilo Novoa.
REFERENCIAS
RUTA GPS
En este link, encontrarán la ruta para cargar en el GPS o visualizar desde Google Earth. Para ver en google erath deben convertir a KML on esta web.